Por qué es prioritario potenciar los espacios de cooperación entre España y Latinoamérica

El seminario, organizado por el Consejo Social de UNIR, acogió una nueva sesión titulada “Relación de España con América” el pasado 29 de noviembre. Al Consejo Social de UNIR lo preside el exministro de Administraciones Públicas entre 2004 y 2007 y economista Jordi Sevilla, y lo dirige la directora de Estrategia Global de Asuntos Públicos en Telefónica y exministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez.

Participaron el embajador del Perú en España y exministro de Exteriores peruano entre 2006 y 2011, José Antonio Belaunde; la propia Trinidad Jiménez, y el vicepresidente de UNIR, catedrático emérito de Sociología y Premio Nacional de Sociología y Ciencia Política, Emilio Lamo de Espinosa.

Todos abordaron los espacios para la cooperación en el ámbito científico y técnico, la fortaleza de la lengua común, el papel e España en el seno de la Unión Europea (UE), la elaboración de una agenda para el futuro o la aportación de la mujer en la recuperación económica y social, entre otros asuntos.

La exministra española consideró que la influencia de Latinoamérica en el mundo debería crecer, y que en ese proceso España tendría que ser un apoyo estratégico.

El contexto continental convulso en América Latina, según la exministra, no es distinto al del resto del mundo: el malestar político de los ciudadanos o el cuestionamiento de las instituciones democráticas tradicionales no son asuntos exclusivos del continente.

A pesar de todo, sí lamentó especialmente que a la mayoría de los latinoamericanos no les importe vivir en regímenes autoritarios si con ellos se resuelven sus problemas más directos, según los últimos barómetros que citó.

Además, la pandemia ha acelerado y agravado algunas de estas tendencias, y ha paralizado o incluso ha hecho retroceder la  consolidación económica.

“Eso repercute en cada país. El descontento popular, manifestado en las calles, muestra que las instituciones por ahora no han sido capaces de responder a las expectativas ciudadanas. Eso es así, aquí y allí”, expuso.

Repasó asimismo los nuevos papeles mundiales de China, Europa y Estados Unidos en relación con Latinoamérica. Remarcó que los cambios pueden ser oportunidades. Y que España, dentro de ese contexto de cambio, debe reconocer que América sigue siendo su región de referencia y, por lo tanto, debe reflexionar sobre cómo relacionarse con ella.

Belaunde, por su parte, calificó de “azotes” tanto a la corrupción, que debilita a las instituciones por todo el continente, como a la pandemia y sus efectos: Latinoamérica engloba al 8% de la población mundial, y ha sufrido al 30% de las muertes por la COVID-19.

Entendió asimismo que los extremos ofrecen falsas soluciones rápidas, y la democracia conlleva más tiempo por necesitar más procedimientos: “Es una vocación del atajo”, resumió.

Sin embargo, 10 años de crecimiento económico seguidos durante la primera década del siglo han generado una clase media que dispone de sentido institucional, que se maneja en las redes sociales y moviliza a partir de ellas, y han emergido instituciones serias como los bancos centrales, por ejemplo.

La región tiene por lo tanto modos de enfrentarse a estos problemas, según el exministro peruano.