En nuestra sociedad nos han educado en la filosofía de que los lunes, inevitablemente, hay que estar de mal humor. Sólo dos días de la semana se guardan el privilegio de contar con el beneplácito de nuestro optimismo: viernes y sábado. Ni siquiera el pobre domingo, incluido en el tan ansiado fin de semana, cuenta para nosotros por estar lleno de la melancólica y cercana amenaza del temible lunes.
¿Qué nos queda entonces? ¿La deprimente conclusión de que perdemos cinco días a la semana para ser felices? ¡Ni hablar! Es la tesis de Rocío Arana, profesora de Didáctica de la Literatura de UNIR y sobre todo, poeta. Arana ha defendido durante su ponencia en el acto TEDxUNIR que cualquiera de nosotros podemos encontrar un […]¿Qué nos queda entonces? ¿La deprimente conclusión de que perdemos cinco días a la semana para ser felices? ¡Ni hablar!
Es la tesis de Rocío Arana, profesora de Didáctica de la Literatura de UNIR y sobre todo, poeta. Arana ha defendido durante su ponencia en el acto TEDxUNIR que cualquiera de nosotros podemos encontrar un segundo al que “sacar luz”. Y así, convertir el día en bueno aunque se trate de un lunes, martes o miércoles.
Con la lectura de algunos de sus poemas, la docente ha demostrado a la sala que un simple sauce puede servirnos como ejemplo de esta ’luz’. Durante sus estudios universitarios, Arana vivió en un barrio en permanente obra. Un “infierno” de prisas, fango, ruido y malestar en el que sola cosa conseguía abstraerla: el pequeño árbol al final de la calle, ha relatado.
Ese insignificante punto verde pasaría desapercibido a los ojos de cualquier ‘odiador’ de lunes, pero para la poeta constituía un verdadero asidero de vida; un “vals en medio de la guerra”.
La ponente ha animado a todos los asistentes a trabajar en la búsqueda de esas pequeñas luces de cada día: una buena conversación, un rayo de sol, una barra de chocolate… Cualquier motivo que, en apariencia banal, nos ayude a descubrir “lo sublime de lo cotidiano”.