¿Un adulto tiene que vacunarse tanto como un niño? ¿Deberían los médicos incidir más en la importancia de la vacunación adulta? Cuestiones de vital importancia que fueron abordadas en la Jornada sobre "La promoción de la vacunación en el adulto" puesta en marcha por el profesor Jesús María Aranaz.
La falta de información de los profesionales y pacientes, la limitación del tiempo de las consultas o la falta de recomendación por parte de los profesionales sanitarios son algunas de las barreras que limitan la vacunación de los adultos. Con el fin de proporcionar los conocimientos y las habilidades necesarias para mejorar la competencia en el campo de las vacunas, el hospital Ramón y Cajal de Madrid organizó la Jornada ‘La promoción de la vacunación en el adulto’.
El director del Máster Universitario en Gestión de la Seguridad del Paciente y Calidad Asistencial de UNIR y jefe de Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital madrileño, Jesús María Aranaz, fue el encargado de presentar estas jornadas en las que por medio de diferentes ponencias se reflexionó sobre la atención y los recursos destinados, la concienciación de los profesionales y la sociedad, así como recomendaciones a tener en cuenta.
Tras la presentación de Aranaz, tomo la palabra Ángel Gil de Miguel, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, quien, a través de su ponencia, explicó la importancia de la vacunación del adulto, que no recibe las mismas prioridades que la vacunación infantil. Todavía hoy y con la excepción de la vacunación antigripal, hay la creencia equivocada de que han de ser los niños los receptores básicos de las vacunas, cuando de hecho las personas mayores también requieren de la prevención por inmunización frente a una batería de enfermedades infecciosas.
Así mismo se recordó la necesidad de dedicar más atención y recursos a la vacunación del adulto, concienciando a la sociedad y a los profesionales sanitarios de que la vacunación no finaliza con la adolescencia y que en la atención médica a los adultos se tiene que considerar siempre la posibilidad de inmunizaciones. Para fomentar la vacunación, se presentó el video “Vacunas en el adulto: importancia de las inmunizaciones en población sana y en grupos de riesgo” realizado por el Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital U. Ramón y Cajal, en el que se pone de manifiesto la realidad de la vacunación en el adulto, así como el trabajo que se debe seguir realizando desde los distintos ámbitos sanitarios para lograr concienciar a la población acerca de los innumerables beneficios que tendría adquirir este hábito en la población adulta.
Además, durante la jornada también se hizo un llamamiento a la necesidad de mejorar la cobertura de vacunación en el adulto, que en este momento es muy baja. Principalmente se subrayó la vacunación del neumococo, recordándose la importante carga de enfermedad que las neumonías producen en el mundo y concretamente en nuestro país. A pesar de ello, en España hay una percepción muy baja del riesgo que supone padecer una neumonía, existiendo un gran desconocimiento de los factores de riesgo para adquirir la enfermedad y de sus formas de prevención, como la vacunación. Las principales barreras que limitan esta vacunación en adultos son:
– Falta de información de los profesionales y pacientes, sobre los grupos de pacientes de riesgo y los beneficios de la vacunación.
– Falta de recomendación por parte de profesional sanitario.
– La vacunación antineumocócica no es una prioridad para los profesionales sanitarios.
– Limitación de tiempo de visitas en Atención Primaria de pacientes “sanos”.
Por ello, y tal y como se expuso en la Jornada, sería recomendable aprovechar cada oportunidad de contacto de los profesionales sanitarios con los pacientes para mejorar las tasas de vacunación del adulto y concretamente de la antineumocócica. Por ejemplo, una buena oportunidad de trasmitir la información sería coincidiendo con la campaña de vacunación de gripe. Además, es necesario realizar campañas de concienciación y vacunación para los grupos específicos a los que se recomienda la vacunación antineumónica, incluyendo los mayores de 60 años. Se comentaron las vacunas disponibles contra el neumococo (neumo 13 y neumo 23) y sus respectivas indicaciones, eficacia y calendarios, según los grupos de riesgo.
Posteriormente se presentó un estudio realizado por el grupo Neumoexpertos en Prevención. El objetivo del estudio era revisar la incidencia y prevalencia de los factores de riesgo de Neumonía Adquirida en la Comunidad (NAC) en adultos, en España. En el estudio se observa que lo principales factores de riesgo para la NAC son la edad mayor de 60 años, enfermedad metabólica, enfermedad cardiovascular y diabetes. También se presentó la revisión realizada para desarrollar una guía práctica de prevención de la NAC, mediante vacunación en España, teniendo en cuenta las últimas evidencias disponibles.
Este grupo de expertos propone un calendario de vacunación en el adulto, coincidente con las recomendaciones de otras sociedades científicas, como la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública, para los siguientes grupos de riesgo:
– Enfermos con EPOC: vacunación antigripal anual y antineumocócica. Estos enfermos tardan 2 meses en recuperar su situación previa a la NAC.
– Enfermos cardiacos: Vacunación antigripal y antineumocócica. En estos enfermos se ha observado que aumentan casi un 20% los eventos cardiovasculares después de una NAC (neumonía adquirida en la comunidad).
– Enfermos con diabetes: Vacunación antigripal y antineumocócica (PCV13, seguido de PPV23, 6–12 meses después).
Desde la Dirección General (D.G.) de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid se recordaron las bajas tasas de vacunación del adulto en todas las Comunidades Autónomas. Se citaron los principales motivos de la pérdida de oportunidades y las barreras encontradas para la vacunación en atención primaria y las estrategias en las que están trabajando para detectar estas oportunidades perdidas, en las que el profesional sanitario se encuentra con un paciente susceptible de recibir vacunación. Los profesionales sanitarios son los principales canales de información sanitaria del paciente y por tanto deben estar bien informados y formados para responder adecuadamente a las dudas que tenga la población.
Posteriormente se habló de la visión de los pacientes, a través de la Federación Española de Diabéticos (FEDE), que ha realizado una encuesta entre sus asociados. En ésta se les preguntaba, entre otras cosas, por los motivos por los que se vacunaban. Las respuestas fueron: 60% por recomendación médica, 18% por iniciativa propia y 22% no se vacuna. Al preguntar a estos últimos por los motivos para no vacunarse las respuestas fueron:
– 40%, por haberse vacunado en la infancia
– 33%, porque nadie se lo ha recomendado
– 17% no han tenido necesidad / no se lo han plateado nunca
Entre las propuestas que hacen desde esta Asociación, para reducir la morbimortalidad asociada a la diabetes, la prevención debe jugar un papel fundamental, incluyendo la prevención de enfermedades infecciosas. Consideran que sería necesaria la implementación de programas de prevención, que recuerden la necesidad de vacunación (con campañas y documentos informativas y formativos, charlas en asociaciones de pacientes, etc.). Además, se debería conseguir el compromiso de las personas con diabetes para el cuidado de su salud.
Las sesiones finalizaron con la presentación del Informe del Comité de Bioética de España sobre vacunas en el que se debaten las cuestiones ético- legales que pudiera plantear la vacunación en España, su posible rechazo y las propuestas y soluciones para evitarla. Si bien es cierto que en España los índices de rechazo a la vacunación por el momento no son importantes, se considera que el riesgo podría aumentar, teniendo en cuenta la situación en otros países y que la tasa de vacunación de la gripe en mayores de 65 años está descendiendo en los últimos años. Entre las propuestas que se debaten en el informe estarían la mejora de la información/educación de profesionales sanitarios y pacientes, establecer incentivos, imponer gravámenes y la vacunación obligatoria. Por el momento está en discusión que actuaciones serían las más recomendables, pero lo que sí es necesario, mientras tanto, es que los poderes públicos trabajen en otras medidas como la coordinación de los calendarios de vacunación de las Comunidades Autónomas, evitando divergencias entre las mismas y la adopción de mecanismos de información que eviten las alertas sanitarias sin fundamento en relación con las vacunas.
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